PROTOCOLO DIAGNÓSTICO EN PERSONAS CON SOSPECHAS DE TEA
El diagnóstico es valorado por las familias como el proceso más importante y sin embargo el momento más difícil que han vivido, debido a las experiencias y multitud de profesionales que intervienen desde las primeras sospechas, hasta un diagnóstico concluyente y fiable.
Es por ello que la Asociación Asperger Madrid publica su protocolo diagnóstico para compartir el procedimiento que aplicamos, que está avalado y que da conclusiones certeras sobre la presencia de un Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).
Cuestiones previas al proceso:
Es importante que los profesionales que realizan el diagnóstico tengan formación y experiencia específica con personas con TEA. No podemos olvidar que la conclusión diagnóstica es clínica, de manera que va combinar la presencia de pruebas estandarizadas pero también va a ser un juicio clínico del profesional. Por ello debemos de garantizar la profesionalidad de los técnicos que lo realizan.
Para el correcto procedimiento debemos de realizar una adecuada valoración de la demanda de la familia y/o el usuario/a, asegurando que su bienestar, pasa por un primer proceso diagnóstico. Debemos matizar aquí que las dificultades que narran los usuarios/as se pueden canalizar con otros procesos que también son considerados como satisfactorios.
Proceso diagnóstico:
El proceso diagnóstico consta de varias fases. La demanda de la familia o del usuario/a es realizada por teléfono (en ocasiones, la demanda se realiza por correo electrónico, pero se concluye con un contacto telefónico para realizar un acercamiento a la familia o usuario/a más cálido). En este primer contacto el profesional debe recoger la información y a su vez explicar cómo se lleva a cabo todo el procedimiento, haciendo especial hincapié en la importancia de que tanto el usuario/a como su familia formen parte del proceso.
La primera fase del diagnóstico consiste en una entrevista con la familia (de una hora aproximadamente) y una entrevista con el usuario/a (de una hora aproximadamente). Ambas entrevistas constan de una parte semi-estructurada y otra empleando una prueba estandarizada (Cuestionario SCQ) El objetivo de esta fase es tratar de descartar la presencia de un Trastorno del Espectro del Autismo. Al finalizar, podemos devolver a la familia o al usuario/a si los síntomas que se observan no pertenecen a los TEA, finalizando, en ese caso, el proceso diagnóstico; por otro lado, si con la información recogida hasta el momento, no se pueden descartar los la presencia de sintomatología TEA, se recomienda pasar a una segunda fase para recoger más datos que permitan emitir un juicio clínico.
En la segunda fase del proceso, empleamos otras pruebas estandarizadas (ADI-R, ADOS, RAVEN, K-BIT, Pruebas de Teoría de la Mente, entre otras). Para ello, volvemos a ver la familia en una entrevista más exhaustiva y al usuario en dos o tres sesiones más (de una hora aproximadamente cada una). Paralelamente, en el caso de tratarse de una usuario/a en edad escolar, nos ponemos en contacto con el centro escolar, para concertar con el tutor/a y el orientador/a una entrevista y solicitar una observación en el tiempo del recreo y en el aula. Además, si el usuario/a está recibiendo otros tratamientos, también mantenemos una entrevista con su terapeuta. Al finalizar esta fase, solemos contar con la información necesaria para poder concluir un juicio diagnóstico, que se plasma en un informe psicológico, que refleja no solamente las dificultades, sino también las potencialidades, incluyéndose además las recomendaciones necesarias tras el proceso diagnóstico. Dicho informe se entrega a la familia y/o la usuario/a en una entrevista (de una hora), donde se aclaran cuestiones que puedan surgirles y donde se orienta hacia el siguiente paso.
Sin embargo, en nuestra práctica, hemos observado casos en los que al finalizar la segunda fase, la información recogida es contradictoria con la interacción con el usuario/a. Es aquí donde recomendamos a la familia y/o al usuario/a pasar a una tercera fase de intervención diagnóstica. En ella, el usuario/a y su familia, vendrán a sesiones terapéuticas donde se podrá discernir con mayor profundidad entre sintometología TEA y otros factores intrínsecos y extrínsecos a la persona y la familia.
Durante todo el proceso lo que garantiza el éxito del servicio es tener presentes estas cuestiones: Acogida cálida de la familia, flexibilidad y respeto por las condiciones circunstanciales de los usuarios/as, clima cercano y posibilidad de preguntar o dar opinión sobre el proceso.