Tú y yo: tenemos discapacidad y somos hermanos

La relación entre hermanos es una relación compleja, única y especial. Relación sujeta a una contradicción. Un hermano es la persona con la que puedo establecer los mayores niveles de confianza y complicidad, con la que establezco la primera relación que me prepara para la socialización, mi primer compañero de juego y la persona con la que compartiré muchas vivencias y experiencias, convirtiéndose normalmente en las relaciones más largas de la vida de una persona. Pero, un hermano, es al mismo tiempo, un rival, la persona con la que compito por el espacio, la atención y el amor de nuestros padres.

Durante mucho tiempo, la mayor parte de los estudios en torno a las familias que tienen algún hijo con discapacidad intelectual se ha focalizado en los padres, prestando muy poca atención a como los otros hijos responden a esa situación.

De los estudios, programas, reportajes, guías de intervención consultados en este sentido, se destaca que se dirigen o ponen el énfasis en cómo identificar las necesidades de los hermanos de una persona con discapacidad así como recursos para orientar, ayudar a conocer y fomentar la reflexión sobre la situación vital de su hermano con discapacidad, favorecer que pueda expresar sus emociones y necesidades, desarrollar herramientas para facilitar esa relación fraternal.

Sin embargo, ¿cómo se establece esta relación fraternal cuando ambos hermanos tienen una discapacidad? ¿Cómo se identifican las necesidades, si las hay? ¿cómo se construye y fomenta esta relación fraternal? ¿cómo repercute esta situación en el contexto familiar y en las relaciones familiares? ¿cómo podemos ofrecer a las personas con discapacidad la posibilidad de descubrir, experimentar y construir una relación fraternal que favorezca su desarrollo y posibilite su derecho a una vida plena y con calidad en todas las áreas?

En Fundación CEDES hay 8 parejas de hermanos, ambos con discapacidad intelectual y/o TEA, atendidos en diferentes recursos del centro: colegio, centro ocupacional, centro de día y residencia. En todos ellos, son significativas las diferencias en características como el contexto-situación familiar, la edad, los diagnósticos, las capacidades, déficits y necesidades.

Ante esta realidad y la reflexión sobre las cuestiones enunciadas en los apartados anteriores fueron el germen del nacimiento del programa “Hermanos”.

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