UN MAR DE OPORTUNIDADES
Hace aproximadamente 2 años, ADISLAN inicia un proceso de micro transformación de Centros Ocupacionales apoyados y orientados por Plena Inclusión, y promovido e impulsado por aquellos “valientes” que decidieron comenzar a expresar sus metas y deseos respecto a sus preferencias formativas y prelaborales
Desde el Centro Ocupacional, se comienzan a realizar los itinerarios personalizados; programas que respetan las preferencias formativas y prelaborales de cada persona, y es la propia persona quien elije y decide libremente no solo el taller al que quiere acudir sino el tiempo semanal que le quiere dedicar.
En caso que una persona se decidiera por una actividad formativa diferente a las que se le presenta, se crea un plan formativo donde poder satisfacer dichas expectativas.
La micro transformación comienza a generar algunos cambios que se manifiestan en cambios de actitud más positiva en las personas que acudían al Centro Ocupacional, lo que a su vez repercute en un “mejor clima” en general y en un desarrollo de los talleres más funcional.
Estos cambios afectan tanto a los usuarios como a las familias y al personal, es decir, todo el Centro ocupacional se ve implicado sintiéndose “agentes de cambio”.
Esta micro transformación nos va llevando a otras; aproximadamente hace un año, comenzamos la transformación del Área de Empleo de la Entidad, y evidentemente el Centro Ocupacional, junto con los otros Centros y Servicios, se ve embarcado en este gran viaje hacia lo desconocido, “EL EMPLEO”.
Estas transformaciones, se basan en cuestiones que los usuarios del Centro Ocupacional nos plantean y que por supuesto no nos dejan indiferentes, nos hacen autoevaluarnos y concluir que necesitamos: ESCUCHAR a los verdaderos “agentes del cambio”
“Me tenéis aquí engañado”
“Me prometisteis que si venía a formarme me encontraríais un trabajo y llevo aquí un montón de años”
“Yo también quiero trabajar”
“Me gustaría tener mi propio dinero”
“Quiero vivir mi vida”,…
Testimonios que, evidentemente, teníamos que tener presentes, ya que son ellos los protagonistas de este viaje, quienes nos hacen reflexionar, autoevaluar nuestro cometido y plantearnos qué nos están demandando: OPORTUNIDADES relacionadas con sus metas y deseos de futuro; reivindicando que ” Aunque necesitemos más apoyos, también tenemos derecho a trabajar”.
”¿POR DÓNDE EMPEZAMOS?” “¿Cómo organizamos este viaje?” “¿Cómo lo hacemos…?” “¿Se puede?” Preguntas sin respuestas inmediatas, la incertidumbre y el miedo aparecen de la mano, pero de repente, la ilusión, y la pasión nos contestaron: “EMBARCANDO A LAS FAMILIAS”.
Decidimos comenzar a planificar el viaje, pero “¿cómo embarcar a las familias?”, estaba claro, convenciéndoles de que este barco no podía zarpar sin ellos.
Algunas familias hicieron sus maletas sin preguntar a dónde íbamos ni hacia dónde se dirigía el barco, incluso algunas sin saber nadar.
Otras, dudaban, nos transmitían sus miedos a las tormentas del futuro, pero decidieron, que si nos comprometíamos a ser su “salvavidas “, lo intentarían.
Otras, nunca se había planteado viajar en barco, y eran reacios, pero finalmente, decidieron probar.
Otras nos observaron con incredulidad y recelo, y decidieron definitivamente quedarse en el muelle y esperar…
Inicia nuestro viaje…cada uno al destino soñado....clientes, familias y profesionales “nos lanzamos al mar”, todos en un mismo barco, el cual acaba de zarpar hacia lugares sin descubrir, y donde en cada oleaje, tormenta o calma que pasáramos, o cada tierra desconocida que pisáramos nos reafirmaba que : “juntos seríamos capaces”…
Comienza, para algunas personas, la aventura de sus vidas. Hace ya aproximadamente un año, personas con más necesidades de apoyo, pertenecientes en ese momento al centro ocupacional, deciden, junto con el apoyo de sus familias, embarcarse en el viaje hacia la experiencia de probar y tener una oportunidad laboral.
A día de hoy, “David, Jose, Teresa, Elsa, Marcos, Tatiana, Roberto, Vicente, Yoinner, Orlando, Pedro…” , han podido experimentar qué significa levantarse e ir a trabajar, usar el transporte, tener un sueldo, ir al banco, gestionar asuntos en las administraciones públicas, hacer amigos, tener responsabilidades, tomar decisiones...en definitiva, ser por primera vez, protagonistas de sus propias vidas.
Experiencias de todo tipo, mejores, peores, pero no dejan de ser experiencias que las personas con discapacidad intelectual y las familias tuvieron y ,tienen la oportunidad de vivir.
Actualmente, desde el Área de Empleo de ADISLAN, seguimos trabajando y apoyando a aquellas personas con más necesidades de apoyo que desean tener una oportunidad laboral y otras experiencias de vida, camino y viaje que nos gustaría compartir.