Apoyos de calidad para una buena salud mental
La salud mental de las personas con discapacidad intelectual (pcdi) es un ámbito muy importante a trabajar, debido a la dificultad que supone identificar las alteraciones en la salud mental en el colectivo con discapacidad intelectual, así como el esfuerzo que suponen las alteraciones graves de conducta que pueden presentar estas personas. Conscientes de ello, es necesario conseguir que las personas con patología dual (discapacidad intelectual y alteraciones de la salud mental conjuntamente) cuenten con los apoyos necesarios y redes de atención específicas que entiendan y cubran los problemas mentales de las personas con discapacidad intelectual, preferentemente en su entorno natural.
Por tanto, ante la necesidad de dar respuesta a un colectivo que se encuentra con más dificultades que el resto, hay que llevar a cabo nuevas ideas e insistir en aquellas que se realizan en otros lugares y funcionan. Las personas con patología dual, también pueden, junto a sus familias, desarrollar proyectos de vida de calidad y en igualdad de condiciones que el resto de ciudadanos bajo los apoyos necesarios.
La preocupación y necesidad de desarrollar líneas de trabajo coordinadas para prestar apoyos a personas con patología dual se sostenta sobre los datos existentes que evidencia la realidad en Castilla y León, obtenidos en un estudio sobre la "prevalencia de alteraciones de la salud mental en pcdi". Este estudio muestra la necesaria planificación y ordenación de servicios y recursos tras obtener una cifra de prevalencia nada desdeñable. Junto a estos datos de carácter cuantitativo, se obtienen otros cualitativos basados en las necesidades que tienen las personas de apoyo (familiares y profesionales) y las propias pcdi y problemas de salud mental.
Con toda esta información, la prestación de apoyos a personas con patología dual necesita de un asesoramiento y apoyo mayor en el propio entorno de la persona por parte de todas las personas de apoyo (familiares, profesionales, sanidad, servicios sociales...).
De ahí surgen los seminarios de supervisión de casos clínicos, tanto de adultos como de infanto-juvenil, donde se genera un espacio abierto de discusión y trabajo conjunto, participativo y colaborativo entre diversos profesionales de apoyo (sanitarios, de diversas entidades, familias...) donde se trabajan los casos de personas con discapacidad intelectual y/o del desarrollo con problemas graves de conducta y/o alteraciones de la salud mental de cara a favorecer los apoyos en su entorno y evitar el internamiento temporal de la persona.
En esta misma línea y con el objetivo de trabajar esta dualidad desde edades tempranas para evitar consecuencias futuras y favorecer comunidades más inclusivas, se ha comenzado a desarrollar una nueva forma de abordar los problemas de salud mental infantil y juvenil en alumnos con DI y/o del desarrollo en su entorno escolar, concretamente en los centros de educación especial de manera multidisciplinar con los profesionales del centro y sus personas de apoyo y profesionales del sistema sanitario, ya que en la escuela es donde pasan la mayor parte del día, están con un profesorado que les conoce bien y que puede ser un buen aliado para detectar consuctas anómalas junto a algunos profesionales sanitarios.
Esta buena práctica tiene fortalezas basadas en unos datos de gran potencia estadística que evidencian de manera potente la realidad existente en CyL en cuanto a la prevalencia de alteraciones de salud mental en pcdi, las necesidades que muestran y recursos necesarios diferentes al de otros colectivos y la importancia de un trabajo conjunto entre diferentes profesionales y personas de apoyo en el propio entorno de la persona para obtener una mejora en la vida de la persona evitando el internamiento, abarcando además, edades más tempranas para prevenir y mejorar los apoyos desde el comienzo.